Hojas simples, de hasta 10 cm de largo, opuestas, con pecíolos muy cortos, ovadas, de ápice agudo o acuminado, margen finamente dentado.
Flores similares a la especie original, Fuchsia magellanica, aunque más grandes y vistosas. Axilares, ubicadas sobre los extremos de las ramillas del año, sostenidas por pedúnculos largos, péndulas.
Cáliz de color rojo o blanco, pétalos fucsia, púrpuras, rosados o blancos.
Florece desde primavera a otoño en forma ininterrumpida.
Si se le proporciona adecuada protección de los fríos, puede encontrarse en flor aún en pleno invierno.
Fruto una baya de hasta 1,5 cm de largo, oblonga.
Como buen híbrido, existe una enorme variedad con diferentes tamaños, color de la flor y hábitos de crecimiento.
Hay variedades y técnicas de cultivo para diferentes situaciones: rocalla, macizo floral, jardineras colgantes, invernadero, etc.
Nunca a pleno sol. Una especie muy utilizada para ubicaciones a media sombra.
No dejar que pervivan en una temperatura menor de bajo cero.
Conviene rociar las hojas con frecuencia.
Las fucsias no toleran los climas de interior.
Es mejor situarlas en un balcón, expuestas a la llovizna, las neblinas y el aire fresco, ya que les encanta el mal tiempo.
En el interior: evitar ponerla en habitaciones con calefacción fuerte.
La Fucshia necesita más agua que muchas otras plantas. Regaremos con poca cantidad cada día.
Riegos abundantes en verano y escasos en invierno, pero sin dejar que la tierra se seque.
Requiere, un pH de 5,5 a 6, ligeramente ácido.
El agua de riego del grifo, con sus carbonatos y bicarbonatos, tenderán a subir este pH por lo que, si esto ocurre se debe acidificar el sustrato. El agua también se puede acidificar con ácido cítrico.
Abono: La forma más fácil y segura de fertilizar las fucsias es mediante la adición de un fertilizante de liberación lenta a la capa superficial de la tierra, para que sus componentes se vayan soltando cada vez que reguemos la planta.
La harina de huesos y similares se disuelven lentamente y una vez al mes podemos añadir una cucharada o dos de este tipo de productos.
No importa el tipo de fertilizante que usemos, siempre que sea equilibrado.
Podremos añadir un abono foliar (rociando las hojas) más microelementos cada 15 días desde principios de primavera hasta verano.
No abonar en invierno, la planta no lo usará y lo único que se consigue es aumentar la concentración de sales en el substrato.
La maceta debe estar bien repleta de raíces para almacenar nutrientes durante el invierno, ya que la saturación de compost podría causar la pudrición de las raíces.
Tras el descanso invernal debemos retirar la mitad o más del compost viejo y sustituirlo por otro fresco, ligero y poroso.
Plagas: suele verse atacada por pulgones, especialmente en primavera, que se erradican con Dimetoato. Otras plagas: Mosca blanca y Araña roja.
Las fucsias son afectadas por hongos e insectos, y desmerece particularmente el aspecto de la planta la deformación que sufren sus hojas, por lo que deben ponerse en práctica medidas de control.
Sus capullos se caen con facilidad, así que conviene moverla poco.
Se reproduce mediante esquejes (de unos 8 cm) a partir de los tallos más tiernos, no floridos, enraizados bajo humedad. Enraíza al cabo de unas 3 semanas.
Los esquejes deben plantarse en macetas no mucho mayores que una taza de café y cuando sus raíces toquen las paredes de la maceta deberemos trasplantarlos a otro recipiente ligeramente mayor.
Poda de Fucsia.
Elimina los siguientes elementos indeseables, preferiblemente en invierno:
Ramas muertas, secas, rotas o enfermas.
Tocones secos (trozos de ramas que no tiene brotes y están secos).
Rebrotes que hayan podido surgir desde la misma raíz (se les llaman sierpes).
Rebrotes del pie del arbusto que sean débiles o mal situados y no nos interese que se desarrollen como rama del arbusto.
Ramas cruzadas, mal orientadas o que enmarañan el arbusto.
Ramas que sobresalen mucho del arbusto por su exceso de vigor (se le llaman chupones). Flores y frutos pasados: afean y consumen energías del arbusto.
Si es necesario, corrige la asimetría para mejorar la apariencia, por ejemplo, si está la copa descompensada.
Poda de Floración.
La mejor técnica de Poda de Floración en Fucsias se basa en el pinzado.
El pinzado consiste en pellizcar los extremos de los brotes tiernos de la planta con el dedo pulgar y el índice, o si no, usando una tijera pequeña.
El pinzado provoca que la planta ramifique más; de esta manera se consigue una forma más redondeada y un mayor número de flores (más ramas es igual a más flores).
Los brotes se pinzan dejándolos con 2 nudos, es decir, cortando por encima del segundo nudo contado desde su inserción.
De ahí saldrán dos nuevos brotes y se pinzarán cada uno posteriormente, dejando uno o dos nudos igualmente.
Se deja de pinzar unos 2 meses antes de la fecha en que se desea la máxima floración.
Es decir, para obtener la primera floración abundante en verano, para de pinzar más o menos a media primavera. Entre pinzado y pinzado pasan unas 8-10 semanas.
El inconveniente del pinzado es que se pierde la floración temprana, pero la planta será más compacta, redondeada y con floración masiva.