De origen tropical que no puede faltar en un jardín, debido a que no sólo aporta el atractivo colorido de sus flores desde finales de la primavera hasta las primeras heladas, sino que además se adapta a cualquier tipo de suelo, rara vez se ve afectada por las plagas, y constituye un gran atractivo para las mariposas.

Esta especie del género Ageratum se caracteriza por poseer un tallo rígido, erecto, hueco en su interior y no ramificado desde el cual las hojas crecen directamente dispuestas alternativamente, su color es entre gris y verde, con los bordes algo dentados. En la parte superior del tallo se forman las flores que, dependiendo de la variedad, ofrecen algunos de los más auténticos azules se puedan encontrar en la naturaleza.

Las semillas también pueden sembrarse directamente en el jardín después de la última fecha de las heladas, aunque los ejemplares así cultivados tendrán una temporada de floración más tarde.

El Ageratum houstonianum una planta que se propaga por semilla a fines del invierno y principios de primavera, cuando ya pasó todo peligro de helada. Por lo general, se siembran en contenedores y una vez germinados se trasplantan en grupos de una docena o más para que al momento de la floración ofrezca un mejor espectáculo visual.

También se pueden cultivar junto a otras plantas anuales de flor, como la salvia o la damasquina, para que se vean realzadas por el contraste de tonalidades de las flores.

Los ejemplares de esta especie crecen muy bien al aire libre, por lo que se recomienda colocarlos en lugares  a pleno sol, o por lo menos donde reciba luz solar directa por un mínimo de dos horas al día.

Aunque la Ageratum houstonianum se adapta a casi cualquier tipo de suelo, se desarrolla mucho mejor en un sustrato suelto, fresco y bien drenado, que debe ser desmenuzado antes de cada riego, con el objeto de facilitar la oxigenación de la tierra, la descomposición de la materia orgánica y la absorción de los nutrientes.

La mayoría de los cultivares de esta especie también requieren que la tierra esté constantemente húmeda (aunque sin encharcamientos), por lo que el riego debe ser copioso cuando la temperatura ambiente sea elevada. En aquellos climas donde el oidio es un problema, hay que evitar el riego desde arriba y asegurarse de que la planta se encuentre en un lugar con una buena circulación de aire.

Situación: Es una planta fácil, que crece al aire libre. Le encanta la exposición a pleno sol o por lo menos disfrutar de un par de horas de luz solar directa, puede tolerar exposiciones parciales de sombra en verano, si la zona es muy calurosa. Hay que evitar plantarla en zonas con demasiado viento.

Temperatura: las temperaturas no debe caer por debajo de 4 ° C. Es una planta que en climas fríos se comporta como anual o bianual, mientras que en climas cálidos, es perenne.

Substrato: no es una planta muy exigente, se adapta a cualquier tipo de suelo, procuraremos que drene bien. Para favorecer el drenaje podemos añadir al suelo algún porcentaje de arena.

Riego: Se deberá mantener la tierra siempre húmeda.

Abono: Debemos aportar fertilizante durante la temporada de primavera-verano cada 15 días.
Multiplicación: La multiplicación se hace por semilla al final del invierno y principios de primavera (febrero-marzo).

Poda: No requiere, pero si podemos eliminar las hojas y flores a medida que se sequen. También para que la planta se vea tupida podemos pinzar con frecuencia.

Floración: desde la primavera y puede continuar hasta finales de otoño.

Plagas y enfermedades

La floración es escasa: Si las flores crecen raquíticas un motivo sería poco sol.

Solución: Mover la planta al sol o al menos en una posición en la que puede recibir al menos 4-5 horas de luz solar directa.

La planta tiende a marchitarse: puede ser porque la tierra no está suficientemente húmeda.

Remedios: regar más a menudo.